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El Observatorio y el ICGC publican el mapa de las unidades de paisaje de Cataluña

24/07/2019El mapa pone de manifiesto la gran diversidad y riqueza de paisajes de Cataluña, una de las más elevadas del continente europeo. El objetivo del mapa es su aplicación en el ámbito académico, en la ordenación del territorio, el turismo, así como otras iniciativas culturales, de promoción del territorio, o de concienciación ciudadana.

El Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña (ICGC) y el Observatorio del Paisaje acaban de publicar el mapa de las unidades de paisaje de Cataluña, con la colaboración de la Secretaría de Hábitat Urbano y Territorio del Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña.

La elaboración por parte del Observatorio del Paisaje de Cataluña de los catálogos de paisaje, definidos por la Ley 8/2005 de protección, gestión y ordenación del paisaje, ha permitido obtener, por primera vez, el mapa de las unidades de paisaje de Cataluña. Con 134 paisajes, el mapa pone de manifiesto la gran diversidad y riqueza de paisajes de Cataluña, una de las más elevadas del continente europeo, y convierte el paisaje en un patrimonio de primer orden en nuestro país. El objetivo del mapa es que su aplicación no sea sólo académica, científica o vinculada a la ordenación del territorio, sino que se convierta también en una herramienta útil para otras iniciativas culturales o de promoción del territorio, y de concienciación ciudadana.

El mapa tiene dos caras. La primera contiene el mencionado mapa de las unidades de paisaje y un texto que explica su concepción, características y funciones. La segunda cara muestra, por un lado, diferentes rasgos y singularidades paisajísticas de Cataluña que merecen una mirada especial por la gran cantidad de valores paisajísticos que la población les reconoce (naturales, estéticos, históricos, de uso social, simbólicos y productivos) .

Por el otro, presenta un mapa central con los 550 miradores recogidos en los catálogos de paisaje de Cataluña, destacando aquellos desde donde mejor se pueden contemplar estas características y singularidades.

Las unidades de paisaje

Los paisajes son dinámicos por naturaleza y este dinamismo va modelando su carácter sin llegar a desfigurarlo del todo, sino manteniendo a lo largo del tiempo unos rasgos característicos reconocibles que le dan identidad y personalidad. Así, cada uno de los 134 paisajes identificados tiene un carácter propio que lo diferencia de los demás.

Una unidad de paisaje, pues, es un territorio caracterizado por una combinación de elementos naturales, culturales y simbólicos, que le confieren un carácter diferenciado del resto y que es reconocido como tal por la población. Los catálogos de paisaje aportan un nuevo sentido a la unidad de paisaje, ya que dan cada vez más importancia a los elementos dinámicos, perceptivos y vivenciales del paisaje (además de los estéticos y materiales) a la hora de definir el carácter. El hecho de que la definición de las unidades se base en su carácter y no únicamente en su tipología (abetar, cultivos de secano, bosque de ribera, etc.) hace que estas presenten una cierta heterogeneidad interna, mucho más apreciable a medida que se aumenta la escala.

Cada unidad de paisaje es diferente de las otras, pero no necesariamente mejor o peor.

 

Variables y procedimiento para delimitar las unidades de paisaje

Las unidades se han obtenido mediante el análisis y la interacción de muchos factores, entre ellos: el clima, la combinación de formas del relieve (montañas, valles, llanuras, etc.), la vegetación, los usos del suelo (cultivos, zonas urbanizadas, bosques de ribera, etc.), la organización del espacio, el patrimonio, la milenaria actividad humana sobre el territorio (caminos, estructuras paisajísticas seculares y modernas, etc.), la percepción (textura, colores, formas, visibilidades, etc.) y las dinámicas paisajísticas existentes. También se han analizado las relaciones que se establecen entre la población y su paisaje y que difícilmente se pueden identificar con la simple superposición de capas cartográficas (proximidad, vínculos emocionales, sentimiento de pertenencia, etc.).

 

Unidades de paisaje y límites administrativos

Un aspecto destacable y que ha planteado algunos retos metodológicos ha sido evitar discontinuidades de unidades de paisaje en los espacios limítrofes entre los ámbitos territoriales, las comarcas o municipios. Esto significa que los límites de las unidades de paisaje no coinciden necesariamente con los límites administrativos, ya que éstos no siguen criterios paisajísticos.

 

La importancia de la participación pública en la identificación de las unidades

La participación pública ha tenido un peso relevante en la identificación de las unidades de paisaje, tanto en relación con los límites como su denominación. Algunos aspectos más intangibles, como el sentimiento de pertenencia o el sentido de lugar, fundamentales en la definición de la unidad, no se habrían podido identificar sin la participación de la población.

 

Denominación de las unidades de paisaje

Con la voluntad de hacer más cercanas las unidades de paisaje a la ciudadanía, estas han sido bautizadas con nombres y apellidos bien arraigados entre la población y que pertenecen a la memoria colectiva, y no con una denominación técnica o académica alejada de la realidad social. La toponimia es un elemento fundamental de la expresión cultural de un paisaje y uno de los elementos más expresivos de la identidad de un territorio.

Generalmente, los nombres coinciden con elementos del relieve (sierras, macizos, riscos, cumbres, cuencas, mesetas, llanuras, valles), términos que matizan los elementos del relieve (litoral, marítimo, solana), formaciones naturales (deltas, espacios fluviales) , tipos de cultivos (secanos, pastos, huerta), pero también con aspectos históricos, culturales o artísticos, sobre todo en aquellos lugares donde determinada herencia histórica o la expresión artística del paisaje ha tomado un relieve destacado (cultivos históricos, núcleos, denominaciones históricas o simbólicas).

La implicación de la población en la denominación de las unidades de paisaje ha sido un factor determinante en el reconocimiento y uso del mapa final. A modo de ejemplo, y así hasta completar los 134 paisajes, denominaciones como Moianès, Pinyana, Vall del Baix Llobregat, Conca de Tremp o Valls d’Olot son muy populares y pertenecen ya a la memoria colectiva del territorio.

 

Un mapa al servicio de todos

El hecho de que el mapa de paisajes cubra todo el territorio indica que, en las políticas de paisaje, hay que considerar todos los paisajes, y no sólo los excelentes o más naturalizados. Un mapa de este tipo permite, precisamente, huir de los tópicos y hacer resaltar paisajes enormemente interesantes, pero que en cambio son poco conocidos y, a menudo, subestimados.

Las unidades de paisaje no funcionan sólo como ámbito de comprensión y descripción del carácter de un determinado paisaje, sino como ámbito de gestión, ordenación e intervención. Las unidades de paisaje constituyen, pues, las 134 piezas territoriales básicas donde aplicar políticas de paisaje concretas que tengan en cuenta cada carácter.

Así, las unidades de paisaje sirven a los instrumentos de planificación territorial y al planeamiento urbanístico, y en todas las decisiones de actuación e intervención sobre el territorio derivadas de la implementación de políticas sectoriales (de infraestructuras, agrarias, forestales, turísticas). Pero también resultan útiles, y cada vez más, para la administración local y la misma sociedad civil a la hora de impulsar iniciativas supramunicipales tendentes a reivindicar un determinado paisaje. Por tanto, las unidades de paisaje se convierten en auténticos ámbitos funcionales, de referencia, donde aplicar iniciativas, estrategias locales, implementar directrices del paisaje, dar pautas para los espacios abiertos, aplicar normativas o diseñar proyectos de paisaje, entre otros.

Las unidades también tienen una gran capacidad didáctica y de sensibilización. Son una poderosa herramienta pedagógica para que los jóvenes y la sociedad catalana en general tomen conciencia de los paisajes donde viven, de la importancia de sus valores (naturales, históricos, sociales, productivos, simbólicos e identitarios) y también de su singularidad, sus potencialidades y sus riesgos.

 

Para saber más al respecto

El Observatorio del Paisaje es una entidad de apoyo y colaboración de la Generalidad de Cataluña en todas las cuestiones relacionadas con la elaboración, la aplicación y gestión de las políticas de paisaje en Cataluña.

En su página web pueden descargarse los catálogos de paisaje y una ficha para cada uno de estos 134 paisajes. La ficha muestra las principales características de la unidad, su evolución histórica, sus dinámicas, la expresión artística a la que han dado lugar, los principales miradores e itinerarios, sus riesgos y amenazas, así como los objetivos de calidad paisajística y las propuestas de medidas y acciones que se han definido.

Desde el año 2016, el mapa de paisajes está disponible en cinco formatos de consulta en el apartado de Catálogos de paisaje de la web del Observatorio.

 
 

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