Criterios de paisaje para el mundo local

Paisajes fluviales

Los cursos fluviales son generadores de una elevada diversidad de paisajes, al tiempo que definen por sí mismos un paisaje propio. Una gran parte de los asentamientos humanos están asociados a un curso de agua, y en muchos casos han experimentado en los últimos años un progresivo redescubrimiento de los ríos y se han llevado a cabo proyectos de restauración y regeneración, con la aparición de nuevos espacios públicos para el disfrute y el ocio. Los ríos se han convertido en un elemento identitario de un pueblo, de una ciudad o de un país entero.

Muchas industrias y polígonos industriales también se han articulado históricamente alrededor de cursos fluviales, bien sea por la necesidad de aprovechamiento del agua (las colonias textiles fueron un claro ejemplo), bien sea por la tendencia a ubicar estas actividades en las periferias de los núcleos urbanos. Asimismo, una gran parte de los campos de cultivo de las llanuras agrícolas no serían posibles sin los canales de riego o los embalses que aprovechan el agua fluvial. Por otra parte, en los cursos altos y medios de los ríos principales se encuentran múltiples esclusas y canales, relacionados sobre todo con pequeñas centrales hidroeléctricas creadas a finales del s. XIX y principios del s. XX, y también los grandes embalses construidos a partir de los años 60.

Los ríos también tienen un valor muy relevante como conectores ecológicos de los diversos entornos naturales y como hábitats de ribera, con una elevada biodiversidad. También hay que tener en cuenta los tramos finales y las desembocaduras donde a menudo forman zonas húmedas y de delta, así como su influencia en la dinámica costera y la formación de las playas y zonas con dunas.

Es necesario, pues, garantizar la correcta gestión y conservación de los paisajes fluviales. Los catálogos de paisaje de Cataluña han definido herramientas y medidas que pueden servir de base a los entes locales a la hora de perseguir los siguientes objetivos en relación con sus paisajes fluviales:

  • Conservar y revalorizar el patrimonio hidráulico.
  • Conservar y mejorar la calidad de los paisajes asociados a los cursos fluviales.
  • Mejorar la calidad y la relación entre los espacios fluviales, los núcleos urbanos, y su uso social.
Conservar y revalorizar el patrimonio hidráulico

Algunas herramientas y medidas que pueden aplicar los municipios son:

  • Inventariar los elementos patrimoniales de valor histórico y cultural que presentan los paisajes fluviales, tanto los materiales (molinos, esclusas, acequias, puentes, acueductos, etc.) como los inmateriales (mitos, leyendas, cuentos, etc.). En la medida de lo posible, redactar los instrumentos de planificación adecuados para conservarlos, ordenarlos y gestionarlos.
  • Mantener el patrimonio arquitectónico ligado a los canales e infraestructuras hidráulicas, respetando la continuidad funcional de los canales y sistemas de riego históricos. En caso de que sean necesarias transformaciones en estos paisajes derivados de cambios necesarios en los sistemas de explotación, las actuaciones deberían realizarse siguiendo las pautas propias de los paisajes agrarios preexistentes.
  • Ordenar el patrimonio de los sistemas históricos de canales e infraestructuras del agua de mayor interés paisajístico en los nuevos planes de ordenación urbanística municipal o en la revisión de los vigentes, y establecer este patrimonio como un elemento de vertebración de la estructura urbana y / o del sistema de espacios libres. También se pueden incluir en el Catálogo de Bienes del planeamiento general.
  • Reforzar la imagen del sistema histórico de canales y de las infraestructuras del agua como símbolo identitario, a través de la difusión de sus valores y la adecuación de mecanismos para su descubrimiento y conocimiento.
  • Aprovechar la valía paisajística de determinadas presas, especialmente aquellas que tengan valores paisajísticos intrínsecos o proyectos de mejora para el uso social (como la ejecución de represas), para revalorizar los paisajes de las aguas embalsadas.
Conservar y mejorar la calidad de los paisajes asociados a los cursos fluviales

Algunas herramientas y medidas que pueden aplicar los municipios son:

  • Proteger y restaurar los espacios fluviales y lacustres como sistemas básicos de funcionamiento y configuración del paisaje, así como recuperar y potenciar su función de conexión ecológica y su valor social, cultural y estético.
  • Considerar todos los cursos fluviales y su área de influencia inmediata como ámbitos de conservación prioritaria: desde los entornos de montaña, hasta los núcleos urbanos, el paso por las llanuras agrícolas, etc.
  • Asegurar el mantenimiento de un caudal mínimo ecológico que garantice el sostenimiento de los ecosistemas de ribera, así como de la calidad del agua, y evitar tramos de ríos con poco caudal debido a las extracciones excesivas de agua.
  • Promover la integración paisajística en las obras públicas que afecten o atraviesen tramos fluviales. Des del punto de vista del paisaje se desaconseja la canalización o soterramiento de los cursos fluviales.
  • Restaurar y naturalizar los tramos degradados de las riberas fluviales con el uso de las especies propias de los ecosistemas de ribera de cada localización.
  • Restaurar y naturalizar los tramos degradados de los arroyos y pequeños cursos fluviales en torno a los núcleos urbanos y las zonas periurbanas e industriales, priorizando las que muestren signos claros de dejadez y las que estén colonizadas por especies alóctonas.
  • Poner en valor los paisajes agrícolas de las llanuras aluviales, ya sean huertas o cultivos de frutales, que están definidos por una estructura parcelaria lineal perpendicular al curso del río.
  • Potenciar los acuerdos de custodia en los paisajes fluviales.
  • Garantizar la pervivencia de los cultivos dentro de las zonas húmedas para dar continuidad a los ecosistemas acuáticos así como asegurar la estabilidad de los sistemas.
  • Adoptar medidas de integración y mejora paisajística de todas las infraestructuras hidráulicas y auxiliares existentes en los ríos y lagos pirenaicos. Fomentar la generación de electricidad a través de pequeños saltos de agua para el consumo local de energía.
Mejorar la calidad y la relación entre los espacios fluviales, los núcleos urbanos, y su uso social

Algunas herramientas y medidas que pueden aplicar los municipios son:

  • Considerar la presencia de los ríos como factores determinantes de la ordenación municipal. Localizar de forma preferente en este espacio de transición los suelos de cesión para espacios libres y que garanticen que el nuevo conjunto permita la visibilidad entre el núcleo urbano y el frente de agua.
  • Tratar cuidadosamente, en el marco del planeamiento urbanístico, los frentes urbanos fluviales (fachadas, paseos, parques, travesías urbanas, etc.) para destacar su carácter y potenciar su valor paisajístico.
  • Establecer criterios básicos para la remodelación y adecuación de los edificios que constituyen las fachadas fluviales de los ríos con el objetivo de recuperar la coherencia formal en aquellos frentes que por causas de la volumetría de los edificios, la baja calidad de la arquitectura, las disonancias cromáticas o de texturas, la hubieran perdido.
  • Recuperar, potenciar y preservar las panorámicas abiertas al río.
  • Plantear estudios de acondicionamiento paisajístico que cuenten con la participación ciudadana por los tramos urbanos de los principales cursos fluviales para aprovecharlos como corredores entre los centros de las ciudades y los espacios abiertos.
  • Crear líneas de ayuda específicas para la mejora de los edificios o espacios de la fachada fluvial urbana o periurbana, y promover reducciones o exenciones de impuestos para la realización de obras que supongan una mejora de la fachada fluvial, como la adecuación o construcción de pequeños paseos cerca de los cursos fluviales.
  • Potenciar el acceso y uso público a los cursos de agua a través de paseos fluviales, rutas de descubrimiento, miradores, pasarelas sobre el río, etc.
  • Promover y mejorar el uso social de los ríos y masas de agua (zonas de baño, zonas de pesca controlada, tramos navegables, etc.) como una vía de aproximación de la población a los cauces de los ríos, los pantanos y los lagos, y también como activo de desarrollo económico local.
  • Realizar actividades de educación en el paisaje, redescubrimiento histórico y promoción de los entornos fluviales, tanto a su paso por los núcleos urbanos como en los espacios ribereños de interés natural más próximos. Asociar a estas actividades salidas formativas de las escuelas, celebraciones, actos populares, etc.
  • Dar a conocer el patrimonio inmaterial ligado a los cursos de agua, como leyendas, mitos y personajes imaginarios que forman parte del imaginario colectivo.