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Patrimonio industrial convertido en monumento

01/10/2005
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Pablo Cabezón,
El Diario Montañés

Compañeras forzosas y necesarias de viviendas y edificios civiles, las infraestructuras viarias, fabriles, mineras y portuarias integran el complejo patrimonio industrial de las comunidades. En algunos casos, estos elementos se han logrado abrir un hueco en los catálogos y registros que tratan de establecer qué es lo monumental. Las manufacturas y obras públicas del XVIII y los mecanos y edificios de hierro y ladrillo del XIX y el cambio al siglo XX han sido de los primeros en ser contemplados con la mirada benévola que se reserva para el patrimonio y puede salvarlos de la demolición.

Astillero, situado al fondo de la bahía de Santander, atesora varias construcciones industriales que enriquecen en buena medida el paisaje urbano de esta localidad, asociada a la construcción naval desde la Edad Moderna. Una de las más destacadas es el cargadero de la Orconera, que debe su origen al desarrollo que experimentó a finales del siglo XIX la extracción del hierro envuelto en arcillas de la amplia y vecina sierra de Peña Cabarga.

Pionero en estas explotaciones fue el ingeniero de origen británico José Mac Lennan, que empezó a operar en la zona en la década de los setenta. En 1890 solicitó del Ministerio de Fomento la autorización para construir un cargadero de mineral en la ría de Astillero, complemento de una línea de ferrocarril tendido desde el puente de Solía. Un año más tarde dieron comienzo las obras y, por fin, el 24 de marzo 1894 atracó en el muelle el primer barco, el vapor inglés 'Alicia', que cargó 1.800 toneladas antes de poder partir hacia el centro industrial inglés de Middlesbrough.

Según el proyecto original, la pasarela tenía una longitud de 67 metros y una altura de 8, y su estructura estaba compuesta de seis tramos metálicos de 11 m, sobre los que se apoyaba una viga de celosía de hierro forjado que alojaba dos vías sobre las que discurrían los vagones cargados.

Con ligeras modificaciones, el embarcadero siguió funcionando hasta el cierre de las minas en los años ochenta. A lo largo de estas décadas pasó por las manos de la Orconera Iron Ore Mining Co. Ltd -que adquirió en 1896 las propiedades de Mac Lennan-, Altos Hornos de Vizcaya -en 1951-, y Agruminsa -en 1968.