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Los jardines de Chaumont

02/07/2014
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El Mercurio

A menos de 200 km al sur de París, le Domaine de Chaumont sur Loire abre las puertas de su parque y su castillo y, entre abril y octubre, tal como lo ha venido haciendo desde 1992, organiza el Festival de Jardines donde participan paisajistas, arquitectos y artistas conceptuales del mundo entero.

El lugar es impresionante. Treinta y dos hectáreas a orillas del río Loira, donde a la vista espectacular se suma un parque de lleno de cedros centenarios y una edificación que la Unesco decretó Patrimonio Mundial de la Humanidad, el castillo Chaumont sur Loire. En ese entorno se desarrolla el Festival de Jardines, donde participan creadores del mundo entero.

El castillo, que tuvo su origen como arquitectura defensiva en el siglo XV, poco a poco se convirtió en lugar de descanso de sus sucesivos propietarios: Catalina de Médicis, Diana de Poitiers y, finalmente, la princesa de Broglie quien lo compró en 1875 y lo entregó al Estado en 1938. A fines del siglo XIX era considerado uno de los más lujosos y modernos de Europa.

En sus inicios, Chaumont no tuvo jardines. Fue el príncipe Broglie, con el paisajista Henri Duchene, quien creó el parque en el siglo XIX, dentro de un estilo paisajístico inglés, tal como es posible verlo hoy en las visitas abiertas a público. Además, en las 22 versiones que lleva el festival desde 1992, en el lugar se han creado más de 580 jardines temporales que reflejan las tendencias del momento. "El festival redinamiza el arte de los jardines y atrae al público con la presentación de nuevos florecimientos, nuevos materiales y nuevas ideas", dicen sus organizadores.

Este año los jardines se desarrollaron en paralelo a una enorme muestra de instalaciones y exposiciones de arte contemporáneo -que se despliegan dentro del castillo, en el parque histórico, en las caballerizas, en los patios-, y el tema que los inspira es Pecados Capitales. "La expresión seductora de los pecados capitales se abre en un festival de desbordamientos y represiones; en un testimonio brillante de la dualidad de los impulsos y los caracteres. Los jardines en esta edición evocan tanto los defectos y los excesos de nuestra época como el universo libre y ligero de los jardines eternos", es la atractiva invitación a recorrerlos.

La diversidad es grande. En "El dominio de Narciso", un grupo interdisciplinario de ocho italianos muestra la vanidad, con un espejo de marco dorado instalado en medio de matorrales, en el que se reflejan las nubes; en "Gourmanderie", Sarah Sellam y Eugenie Denarnaud, paisajistas francesas, abordan la gula como un pecado no solo del ser humano. También está en plantas y animales, dicen. "Las plantas son llamadas golosas en el vocabulario botánico para significar su apetito voraz en materia orgánica, y llaman la atención sobre esta vegetación particular, muchas veces consideradas maleza, basando en ellas su instalación. "El jardín en tarro" denuncia la sociedad de consumo, la avaricia, la glotonería, el gasto de recursos alimentarios mientras otras sociedades conocen la miseria y la penuria". "Bloom", creado por tres arquitectos franceses, es un espacio interactivo que propicia el reencuentro y se propone como una mesa de banquete surrealista que invita a los visitantes a participar de un festín rojo, color de la pasión y del deseo. O el recorrido de purificación que abre "El purgatorio de las tentaciones", que arquitectos y paisajistas italianos expresan por los siete niveles simbolizados por flores de colores que van del blanco al azul y al violeta. "Un purgatorio que confronta al visitante con las etapas de la existencia, y le permite ver que los pecados no son más que un aspecto de la vida, que esta se desarrolla siempre en el contraste de pecado y trascendencia".

Este año se recibieron más de trescientos proyectos, entre los que el jurado presidido por el director de orquesta William Christie, seleccionó solo 28, la mayoría creados por equipos multidisciplinarios venidos de lugares tan disímiles como Reino Unido, Estados Unidos, Japón, Corea, Italia, Países Bajos, y, por supuesto, Francia.