Dossier
Jardins
Espanya
|
Crònica
|
Natura
|
Jardins i espais públics
|

La salud de los árboles de Arrizuriaga

07/10/2011
|
Juan A. Migura,
Diario Vasco

Se aprovechará el otoño y la primavera para el diagnóstico de estas especies poco frecuentes y de gran valor botánico. Un estudio detallará su estado de conservación en el valioso jardín.

Desde el pasado 8 de agosto el parque de Arrizuriaga se abrió al público tras una inversión pública para mejorar sus accesos y la estancia en el mismo. Simultáneamente se consideró oportuno conocer cuál es el estado de salud de la variada e importante masa forestal del parque.

Los árboles que dan contenido al parque responden en su distribución y en especies a los criterios de los jardines europeos paisajísticos del siglo XIX, que se siguieron a la hora de diseñar esta pequeña joya verde en el corazón de la villa.

Un paseo permite disfrutar de tilos, cedros, arces, laureles, magnolios y otras especies poco comunes en la localidad, a no ser en otros espacios verdes como el de Usondo, Rekalde o Errekalde.
Para la correcta conservación de los mismos, que aportan el principal encanto del cinturón verde alrededor del palacio, el Ayuntamiento ha decidido encargar al especialista Gabriel Iguiñiz Agesta un estudio para conocer el estado físico de los árboles, la valoración de riesgos de accidente, envejecimiento y renovación del arbolado, y un plan de gestión.

Se desarrollará el trabajo en otoño y primavera. En la primera estación se aprovechará la caída de la hoja para cerciorarse del estado de los ramajes; algunos presentan aspecto de estar secos o en situación precaria. En la segunda época, con los brotes primaverales, se verán la fuerza con la que florecen y cuáles se deben de tratar.

El de Arrizuriaga es un jardín de gran valor, tanto botánico como histórico. El parque recibe en la actualidad el nombre del palacio de Arrizuriaga, edificado a comienzos del siglo XX sobre los jardines que ya se habían creado un siglo antes, ya que la zona verde originariamente correspondía a la casa Untzeta (número 46 de la calle Bidekuru tzeta, Bergara), que ahora está separada del jardín tras la construcción del vial que desciende hacia la palmera.