Ocho iconos inolvidables del patrimonio industrial de Asturias
Desde las minas al ferrocarril, Asturias conserva con mimo tesoros que forman parte de la cultura y la forma de vida de una época.
El patrimonio industrial podría contemplarse como un cuadro de nuestra historia de los dos últimos siglos. Lo que hemos sido, lo que hemos cambiado. Cómo trabajaron nuestros padres, nuestros abuelos, y cómo era el mundo en el que vivían. La sociedad ha experimentado un cambio tan radical que esos edificios, minas o vías del ferrocarril que fueron en su momento parte de una revolución se han convertido hoy en iconos del patrimonio cultural, en símbolos que emociona contemplar. La revolución industrial no solo está en los libros. Está en las calles, en los pueblos, también en los museos. Y Asturias cuenta con el legado de patrimonio industrial más rico y extenso de toda España. Un dato significativo: de los cien elementos de Patrimonio Industrial en España que ha seleccionado el TICCIH (Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial), diez están en Asturias. Asturias está íntimamente ligada a los procesos industriales más relevantes de estos dos últimos siglos. Es una tierra asociada a la minería, la metalurgia-siderurgia y a la producción de energía. Y esa historia permanece hoy en un patrimonio -un legado por descubrir- compuesto por edificios, como la Fábrica de Tabacos de Gijón; conjuntos industriales, como Pozo Sotón, construido por la Sociedad Metalúrgica Duro Felguera entre 1917 y 1922, y paisajes industriales, como el valle minero de Turón. En este reportaje recorremos nueve de esos iconos del patrimonio industrial asturiano, un viaje que invita a aprender y a recordar. Valle de Turón (Mieres) El Valle del Turón ha sido, desde finales del siglo XIX (Hulleras del Turón inició sus trabajos en el valle en 1890) hasta la última década del XX, uno de los referentes socioeconómicos de la cuenca minera asturiana. Un viaje a esta zona del sureste de Mieres, junto al río Turón, nos traslada al eje geográfico de un fenómeno industrial esencial en la vida de Asturias y, por lo tanto, de España. En los buenos tiempos del carbón en estas minas trabajaban unas dos mil personas. Hasta que entre 1992 y 1995 cayó el telón sobre todas las instalaciones, incluido el gran Pozo Santa Bárbara, en la localidad de la Rabaldana. Se trata de un ejemplo paradigmático de explotación minera, en el cual son apreciables las distintas etapas que caracterizaron la técnica extractiva a lo largo del siglo XX. Su valor histórico le llevó a ser declarado, en 2010, Bien de Interés Cultural. Una posible ruta por la zona debería incluir también otros hitos inolvidables, como la mina Fortuna, el pozo Espinos, el pozo San José, el pozo Figaredo, o pueblos como Figaredo, Reicastro o La Cuadriella, testimonios vivos de una cultura industrial única. Y sin dejar de lado un paseo por la Vía Verde del Valle de Turón. Entre el viaducto de Reicastro en Ujo y el paraje de La Molinera en Urbiés (Concejo de Mieres) discurre un camino por la naturaleza y la historia. Resulta curioso ver los castilletes mineros (estructuras situadas sobre los pozos) de Figaredo, San José, Santa Bárbara y Los Espinos, y las minas Santo Tomás, San José, San Pedro, Fortuna, Podizo, Corrales...
VALLE DE NALÓN
El Nalón es el río más largo de Asturias, situado en el parque natural de Redes. Los paisajes verdes y radiantes son una razón para emprender el camino. Desde el punto de vista que nos ocupa en este reportaje, este valle es también referencia imprescindible en la historia industrial de Asturias. Minas, castilletes y museos rememoran hoy ese pasado.
Un buen lugar para empezar es el Ecomuseo Minero Valle de Samuño, situado en El Cadavíu, en la parroquia de Ciaño del concejo de Langreo. Es un complejo en el que destaca la estación de El Cadavíu (centro de recepción de visitantes), el tren minero (sale precisamente de El Cadavíu) y el antiguo Pozo San Luis. La Casa de Máquinas de este pozo merece por sí misma una visita. Es un soberbio edificio modernista, uno de los máximos exponentes de la arquitectura industrial asturiana. En pocos sitios como aquí, se puede sentir y oler la mina tal como era, recorrer el camino del carbón, sentir el traqueteo del tren.
En Sotrondio, a 30 km de Oviedo, también en el valle del Nalón, se construyó en las primeras décadas del siglo XX el Pozo Sotón, otro clásico. La Sociedad Metalúrgica Duro-Felguera creó entonces un pozo pionero por su sistema de explotación vertical, en el que se aplicó todo lo aprendido en la zona. Se dejó de extraer carbón el 31 de diciembre de 2014 y ha funcionado como pozo auxiliar del pozo María Luisa, otra seña de identidad asturiana que tiene previsto el cierre a final de este año. Pozo Sotón puede visitarse con reserva previa, un recorrido de cuatro horas a una profundidad respecto a la superficie del terreno de entre 386 y 556 metros aproximadamente.
BUSTIELLO
El poblado minero de Bustiello, en el concejo de Mieres, es uno de los ejemplos mejor plasmados del «paternalismo industrial» de España. ¿Qué significa esta tendencia arquitectónica y social? Paternalismo industrial alude a la política social de las grandes empresas. Tras la revolución industrial, algunas compañías construyeron viviendas para sus empleados, financiaron escuelas u hospitales, programaron actividades culturales… En este caso, la Sociedad Hullera Española construyó Bustiello entre 1890 y 1925. Esta «ciudad jardín» incluía una iglesia, un casino o centro obrero, la escuela, el centro de salud y, por supuesto, las casas para ingenieros y obreros, todo con un esmero estético inusuales. Hoy se puede visitar mediante una ruta guiada, y también hay un centro de interpretación para conocer más a fondo cómo era la vida en los valle mineros asturianos.
PUERTO DE SAN ESTEBAN DE PRAVIA
Este puerto situado en la desembocadura del río Nalón, en el concejo de Muros de Nalón, tiene ahora un uso pesquero y recreativo. Pero lo cierto es que esta villa es un magnífico lugar para conocer de cerca la tradición industrial, el rico patrimonio del que fue el principal puerto carbonero de España. El carbón llegaba hasta aquí por ferrocarril desde las cuencas mineras. Ese pasado se puede apreciar en las instalaciones del puerto, en la antigua trinchera del ferrocarril, reconvertida en senda peatonal; en los cargaderos de mineral, o en la gigantescas grúas con las que se manejaba la carga. También en la sede de la Junta de Obras del Puerto, que se levantó en torno a 1920. Y en esta curiosidad: el remolcador conocido como «El Vaporín», vestigio de aquella época (se construyó en 1902), es hoy -convenientemente restaurado- el buque más antiguo del Cantábrico en condiciones de navegar. El puerto en su conjunto está declarado de interés histórico-industrial.
MUSEO DE LA MINA DE ARNAO
La mina de Arnao es la explotación de carbón mineral más antigua de la Península Ibérica, el pozo vertical más antiguo de Asturias y la única mina submarina de Europa. Situada junto a la playa de Arnao, en la costa del concejo de Castrillón, la historia de esta mina se remonta al siglo XIX. Fue cerrada en 1915 debido a la presencia demasiado cercana y demasiado amenazadora del mar. Las filtraciones de agua fueron determinantes. A partir de ese momento empezó a utilizarse como casino obrero. La cuna del carbón es desde 2013 un museo en el que echar una ojeada a su historia, desde la llegada de los belgas en 1833 a sus innovaciones tecnológicas y las extracciones de la Real Compañía Asturiana de Minas. Su castillete de madera, Bien de Interés Cultural, y sus galerías subterráneas permiten revivir cómo era, incluso cómo olía, una mina hace un siglo. A través del castillete se accede, bajando por el «ascensor-jaula», a las galerías que fueron recuperadas como una parte muy importante del Museo. El hecho de que fuera el primer yacimiento hullero ubicado debajo del lecho marino dota a este espacio de un poderoso atractivo.
MUSEO DEL FERROCARRIL DE ASTURIAS
El ferrocarril es otra clave esencial en el recorrido por el patrimonio industrial asturiano. En la historia fabril y obrera, las comunicaciones eran esenciales. En Gijón se creó la Estación del Norte. Durante décadas fue el principal acceso ferroviario de la ciudad. Hoy, es el Museo del Ferrocarril, que forma parte de la Ruta Europea del Patrimonio Industrial (ERIH), una ruta temática creada por el programa Europa Creativa de la Unión Europea que agrupa a los sitios de patrimonio industrial más importantes de Europa. El ferrocarril del Norte señaló a Gijón como puerto de salida del carbón del valle medio del Nalón. La colección base del Museo cuenta con más de mil piezas, entre ellas un centenar de locomotoras, coches de viajeros y vagones cedidos por Renfe, Feve, Hunosa y otras entidades. Destacan tres míticas locomotoras de vapor: la Santa Bárbara, la Bilbao y la Varela de Montes, que fue una de las primeras en atravesar el Puerto de Pajares.
MUSEO DE LA SIDERURGIA
El Museo de la Siderurgia de Asturias se ha habilitado en una impresionante torre de refrigeración de la antigua fábrica siderúrgica de la empresa Duro Felguera, en La Felguera, concejo de Langreo. Aquí, a mediados del siglo XIX, D. Pedro Duro creó una fábrica siderúrgica pionera en España. La torre que ahora vemos, de cuarenta y cinco metros de altura y 31 de diámetro en la base, nos traslada a lo que pudo suponer esta instalación en aquella época. La primera planta se centra en el proceso de fabricación del acero. La segunda, en la historia de la minería y la siderurgia en Asturias. La visita se completa con una visita al Barrio Obrero de La Felguera y a una nave industrial en cuyo interior pueden verse máquinas ferroviarias de tracción a vapor recientemente restauradas, que prestaron sus servicios dentro de la esta fábrica. Son las locomotoras «Pedro Duro I», «Pedro Duro II», DF 607 y la grúa «Leona». Y un detalle para los padres que visiten este museo: Todos los sábados hay actividades diseñadas especialmente para la diversión y el entretenimiento de los niños y niñas que acudan al MUSI.
MUSEO DE LA MINERÍA Y DE LA INDUSTRIA DE ASTURIAS (MUMI)
El MUMI -uno de los museos más visitados de Asturias- se asienta sobre la antigua escombrera del pozo de San Vicente, en El Entrego, a orillas del río Nalón, una explotación minera que fue gestionada por el sindicato SOMA desde 1926 a 1936. Se trata de un magnífico espacio para conocer todo sobre las antiguas tecnologías mineras. En realidad, ya se concibió como un homenaje a la actividad minera en estos valles. El complejo consta de dos plantas que albergan cientos de piezas de gran valor, entre ellas una máquina de drenaje del siglo XV, una máquina de vapor con cabrestante de extracción eléctrico de principios del siglo XX; maquetas de las máquinas de vapor de Newcomen y Watt; colecciones de minerales asturianos, colecciones de cartografía, topografía y química… Tiene una de las mejores colecciones históricas de lámparas de mina y espacios temáticos que reproducen una enfermería, los laboratorios químicos y la Casa del Explosivo. En mayo de 2015 se inauguró además un tren minero que conecta las instalaciones de El Entrego con el pozo San Vicente a través de un recorrido que se realiza íntegramente bajo tierra.